sábado, 16 de febrero de 2008

Nena.

Tu fina cara de miel, nena.
Tu pelo que va y viene.
Tu boca con las claras de la menta.
Tus tacos de madera.

Nosotros y el vino.
La jarra y tu cigarro.
Mi mano en tu cadera.
Mi agua en tu mejilla.

Sus brazos almidonados.
Su dedo y su regazo.
Su risa y su poder.
Su niñez y su adultez.

La comida antojadiza.
La ideología quimérica de la alianza.

Y ahora tengo ganas de ser un albañil a tu medida.

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